Me gusta el ladrillo, me gusta y mucho. Pero no cualquier ladrillo, me gustan los que, aunque los hayas puesto antes de ayer, tienen esa pátina del tiempo de los que acaban de ser descubiertos después de picar en una pared, que aún tienen restos de yeso y cemento. Y este apartamento los tiene!
Recorren todo un lateral de la vivienda y son el marco perfecto en el que apoyar el sofá y la cocina. Tienen tanta personalidad, que lo único que necesitan es que el resto de la decoración le acompañe sin rivalizar en protagonismo.