Cuando hablamos de estilo nórdico estamos acostumbrados a espacios blancos, muy blancos, distribuciones diáfanas con escasos muebles, y pocos y muy escogidos elementos decorativos...pero no siempre es así, y para muestra este piso en Estocolmo.
En sus 63 m2, a simple vista lo único que lo delata como piso nórdico es su suelo, de tarima de madera pintada de blanco...ahí te hemos pillado, amigo! ;)
El resto de la decoración se sale del prototipo y lo baña de sofisticación con carpinterías oscuras, papeles pintados con mucho protagonismo, paredes grises, mezcla de texturas, riqueza en los tejidos y en general un cierto barroquismo, no tanto en la forma como en el fondo.
Quizás lo que más sorprende es el arriesgado uso del color que han hecho en el recibidor/distribuidor de la vivienda, en el que a pesar de la ausencia de luz natural se han atrevido con un elegante gris oscuro tanto en la carpintería como en el color de las paredes.
Para contrarrestar el efecto túnel que éste color podría crear, han jugado con los espejos, sobre todo el del fondo del pasillo, qué refleja la luz procedente del salón y crea perspectiva.
Destaca también en toda la casa, no sólo en el distribuidor, el uso de la luz: con focos, apliques en los cuadros, lamparas auxiliares, muebles iluminados, velas...puntos de luz distribuidos por toda la casa que crean matices y hacen que el espacio sea muy acogedor.
Me encanta el toque de color que le han dado a la cocina poniendo el frontal de papel pintado...
Truco : una vez puesto el papel, revestir de cristal todo el frontal. De esta forma además de conseguir que sea bonito también lo hacemos práctico, creamos una superficie tan fácil de mantener limpia como los azulejos tradicionales ;)
Ahora que los días empiezan a ser más cortos, que refresca y que (esperemos) pronto empezarán las lluvias, no me parece mal sitio para un plan de esos de sofá, mantita y peli/libro...
¿Qué os ha parecido?, ¿os atreveríais con una decoración así o os parece demasiado atrevida?
¡Nos leemos!