Siempre que comparto una vivienda en el blog me pongo una condición y es que me guste. Supongo que es obvio, no voy a enseñaros algo que me parezca feo, pero me refiero a que me guste de verdad, sin "peros" ni "pegas". Unas veces lo consigo más que otras, con unos estilos me identifico más que con otros, pero siempre, siempre, sigo esa premisa y en esta casa que os enseño hoy no iba a ser distinto...qué me la envuelvan para regalo!
Este piso nórdico de 167 m2 de superficie se encuentra en Estocolmo y refleja perfectamente la principal característica de diseño en esta zona: la abundancia del blanco para potenciar la luz.
Si bien algunos diseños de este estilo, aunque me gustan, me parecen demasiados fríos por abusar del blanco y para mí podría suponer un "pero" de esos que os hablaba antes, en esta casa le han dado un punto de calidez que me encanta. El barro, las maderas desgastadas, las plantas y los tejidos le dan un aspecto mediterráneo que me ha encandilado.
Una casa muy blanca, sí, pero acogedora, también ;)
¡Nos leemos!