Recuerdo lo que me gustaba de pequeña escribir en la pizarra, bueno, creo que es una cosa que de niños a todos nos gusta. El tema es que, "tropecientos" años después, sigo pasándomelo en grande con una tiza y un borrador en la mano, así que cada vez que tengo la oportunidad me lanzo a hacer una.
Quedan geniales para decorar nuestras casas, y en los últimos años han perdido la exclusividad que antes tenían en los cuartos infantiles y ahora se disputan el protagonismo en cocinas, salones, dormitorios, recibidores e incluso baños.
Ésta que os muestro en una cocina está totalmente hecha a mano por la menda. Desde el marco hasta las letras. Todo, todito, todo!
El texto que eligieron está sacado de un cartel de Wacapaca encontrado en Pinterest, al que se le añadió una última frase dedicada en exclusiva a la mascota de la casa :)
Como la pizarra es muy grande, mide 1,50x1,80, el marco debía tener mucha presencia, por lo que se eligió uno bastante elaborado que contrastara con las lineas más restas y modernas de la cocina. Para el acabado primero utilicé pintura a la que apliqué una pátina y por último protegí con cera.
Las letras, una vez hecho el boceto a tiza, las terminé con tiza líquida, que se diferencia de la tiza convencional en que es semipermanente. De esta forma la pizarra se puede limpiar con un paño seco sin temor a que se borre el texto.
Espero que os haya gustado. Pronto os enseño más pizarras hechas en medidas más pequeñitas, con diferentes textos y marcos... que la ventaja de hacerlo todo a mano es que se puede personalizar ;)
¡Nos leemos pronto!
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