La vivienda en la que nos colamos hoy me parece un ejemplo tanto en decoración como en distribución. Es un trabajo de la decoradora Jeanette Tresing repleto de buen gusto y sobriedad publicado por El Mueble.
Me encanta la paleta de color que han elegido en torno a los beige y los tonos piedras, una apuesta ganadora cuando queremos ampliar espacios y dar luminosidad pero con más calidez que si recurriésemos al blanco total.
El suelo es otro de sus puntos fuertes, un precioso parquet en roble blanqueado de lamas anchas sin brillo que hace una combinación perfecta con el mosaico hidráulico en la cocina. Sin cortes ni cambios de suelos bruscos de una estancia a otra, hacen la transición de un suelo a otro poniendo el segundo a modo de alfombra.
Por último destacaría la distribución. Cada vez es más habitual encontrarnos con espacios diáfanos en los que cocina , salón y comedor comparten un mismo espacio, por estética y como fórmula para disfrutar más de la convivencia familiar. Pero también es cierto que una distribución tan abierta puede resultar incómoda en algunos momentos.
En esta casa han llegado a un punto medio (donde habita la virtud, dicen) en el que si bien han prescindido de paredes ciegas para separar las distintas estancias de las zonas de día, las han sustituido por puertas correderas que permiten dividir sólo cuando sea necesario.
Incluso en la separación de el salón con el comedor han utilizado una chimenea abierta a tres caras para no aislar una zona de la otra.
Una casa bonita, sin estridencias, con un estilo que nunca pasa de moda.
¡Nos leemos!
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